Habitualmente nos empezamos a preocupar de la procesionaria del pino cuando vemos los bolsones en el pino, o peor aún, cuando vemos las procesiones de orugas paseando por el jardín. Así que llegado ese punto, no nos queda otra opción que un tratamiento directo con insecticida convencional.
Pero en realidad tenemos más métodos de control para llevar a cabo durante todo el año, más ecológicos y a la larga más económicos. Y si además ponemos en práctica, al menos dos de ellos, es más que seguro que tendremos bajo control la procesionaria.
¿CUÁNDO actuamos con cada uno de ellos?
Las fechas pueden variar dependiendo de la climatología de la zona, si es más fría o más cálida, pero podemos concretar en este calendario las épocas más adecuadas para cada método de control:
¿CÓMO actuamos con cada uno de ellos?
Bacillus thuringiensis. Es un insecticida biológico compuesto por bacterias que afectan a las orugas de la procesionaria. Su aplicación es como con cualquier insecticida convencional. Las acículas quedan impregnadas con el producto, y al ser ingeridas una toxina del Bacilus thuringiensis se libera y mata a la oruga. Su tratamiento se ha de realizar en los primeros estados larvarios, a principio de otoño. Está admitido en Agricultura Ecológica por no tener incidencia negativa en el medio ambiente.
Alfacipermetrín, Deltracipermetrín, Cipermetrín. Ya sea vía aérea o mediante endoterapia. Son insecticidas convencionales, con diferentes nombres comerciales. Se aplican impregnando bien las bolsas de seda creadas y las ramas y tronco del árbol, que es por donde se mueve la oruga. Se trata en cualquier momento a lo largo del invierno. En caso de aplicación por endoterapia, básicamente consiste en inyectar el producto en el tronco del pino afectado.
Trampas de feromonas. Consiste en atraer, con una pequeña cantidad de feromonas sexuales, a los machos hacia la trampa, para que se queden encerrados y mueran, así no llega a completarse la reproducción. Su uso se recomienda en zonas de baja infección, por lo que este método es un buen complemento a la fumigación.
Romper/quitar los bolsones. Los tratamientos con productos deben complementarse con la eliminación mecánica de los bolsones, siempre y cuando se pueda acceder a ellos fácilmente, o mediante pértigas. Se debe hacer en invierno, mientras las orugas permanecen en los bolsones.
Anillos de plástico semirrígido. En caso de que no hayamos podido eliminar los bolsones, la instalación de un cono o anillo de plástico semirrígido alrededor del tronco interrumpe el descenso e impide que las orugas se entierren en el suelo. Acabarían muriendo de inanición en su interior, o bien se les puede aplicar insecticida una vez dentro del anillo.
Cajas nido. Favorecen el asentamiento de pájaros insectívoros que se comen las orugas. Los depredadores más efectivos de la procesionaria del pino son los carboneros y los herrerillos, aunque hay otros muchos que también se las comen. Así que consiste en instalar una o varias cajas nido en el jardín y esperar que alguno de ellos anide, y sin duda controlarán la población de orugas no sólo de tu jardín si no de todos los alrededores.
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